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Un coche repleto de explosivos estalló el martes en un concurrido mercado en la provincia de Paktika, en el este de Afganistán, causando al menos 89 muertos y decenas de heridos, en uno de los ataques más violentos en el país en un año, dijeron responsables.
La enorme explosión ocurrió cerca de la frontera con la región pakistaní de Waziristán del Norte, donde el Ejército ha estado atacando escondites de los talibanes pakistaníes en las últimas semanas, lo que ha llevado a los militantes a dirigirse a Afganistán.
«El número de víctimas podría aumentar», dijo el general Zahir Azimi, portavoz del Ministerio de Defensa.
El ataque llega en un momento difícil para Afganistán, que está inmerso en el recuento de votos de una disputada elección presidencial que los talibanes han prometido desbaratar.
Pero los talibanes se distanciaron de los ataques del martes. El líder del movimiento ha ordenado a los insurgentes no apuntar contra civiles.
«La verdad detrás de este ataque se aclarará después de una investigación, pero claramente anunciamos que no fue hecho por los muyaidines del Emirato Islámico de Afganistán», dijo Zabihulá Mujahid, portavoz talibán, en un comunicado.
«Los muyaidines no realizan ataques de este tipo y ataques de este tipo no les traen ningún beneficio», agregó.
Un subjefe de la policía local, Nissar Ahmad Abdulrahimzai, dijo a Reuters que la policía había sido avisada del coche y que lo estaba persiguiendo cuando explotó.
«La explosión fue tan grande que destruyó muchas tiendas. Decenas de personas están atrapadas bajo sus techos», dijo Mohammad Raza Kharoti, gobernador del distrito, a Reuters.
«El número de heridos aumentará a más de 100 y el número de aquellos martirizados también aumentará», agregó.
En Kabul, una bomba a control remoto escondida en un lado de una calle provocó la muerte de dos empleados de la oficina de prensa del presidente Hamid Karzai y dejó cinco heridos, informó la policía. Los talibanes se adjudicaron la responsabilidad.
Los ataques ocurrieron mientras los soldados extranjeros se están retirando gradualmente del país.
Naciones Unidas dijo la semana pasada que las víctimas civiles subieron en casi un cuarto en la primera mitad del año por un aumento de las hostilidades.