Enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte natural en el planeta

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Las estadísticas nos recuerdan que las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte natural en el planeta; y que según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada año hay alrededor de 1.6 millones de muertes al año, siendo el 30% de ellas prematuras en personas de 30 a 69 años. 

Es por eso que la World Heart Federation acordó conmemorar el 29 de septiembre de cada año como El día Mundial del Corazón, con el propósito de crear consciencia en las personas sobre la importancia de cuidar el corazón mediante la práctica de estilos de vida saludable.

“El comportamiento de las enfermedades cardiovasculares en el mundo presenta la misma tendencia en los países desarrollados con ingresos altos y medianos, al igual que en los de más bajos ingresos; y la cantidad de recursos que se invierten en el tratamiento de estas enfermedades es abrumador”, manifestó el cardiólogo Gustavo Moncada, de la Unidad de Investigación Científica (UIC) de la Facultad de Ciencias Médicas.

El experto agregó que estas enfermedades están catalogadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como crónicas no transmisibles, y constituyen un asunto de salud pública de primer orden; por lo cual promover una buena salud cardiovascular y prevenir las enfermedades es sin lugar a duda mucho más efectivo para las sociedades que tener que curar o manejar las enfermedades.

Los especialistas indican que en la niñez se presentan las llamadas cardiopatías congénitas, es decir, alteraciones con las que un niño nace. Los jóvenes pueden presentar alteraciones del ritmo cardiaco, a menudo más frecuentemente en las féminas que en los varones.

Ya en la edad adulta, los hombres tienen mayor riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares debido a que las mujeres gozan de protección por las hormonas, principalmente los estrógenos naturales. Sin embargo, a medida que esta protección natural se va perdiendo en el climaterio y menopausia, las enfermedades cardiovasculares pueden presentarse con mayor agresividad biológica. Hacia los 65 años, el riesgo se equipará entre hombres y mujeres.

Ante esto, el académico recomendó observar un estilo de vida saludable: ejercicio regular (150-300 minutos/semana), alimentación balanceada, evitando exceso de sal, carbohidratos y grasas saturadas, consumo de frutas, cereales y vegetales verdes, evitar hábitos tóxicos como tabaco, ingesta inmoderada de alcohol, uso de drogas y bebidas energizantes, procurar un mínimo de 6 horas de sueño y evitar situaciones de estrés.

Existen diferentes tipos de enfermedades cardiovasculares, sin embargo “con el advenimiento del COVID-19 es posible que en el futuro veamos cardiomiopatías provocadas por el coronavirus SARS-Cov-2 o por el proceso inflamatorio desencadenado por el mismo. Desde el inicio de la pandemia se estableció la vulnerabilidad de las personas hipertensas, cardiópatas y diabéticas, ya que, si ellos se infectan, tienen una mayor probabilidad de desarrollar una enfermedad severa y morir”, apuntó el especialista del corazón.

En tanto que los sobrevivientes de COVID-19, independientemente de la gravedad que hayan presentado, podrían en el mediano y largo plazo desarrollar enfermedad cardíaca, por lo cual este aspecto deberá ser tomado en cuenta para su seguimiento, señaló el doctor Moncada.

Con relación a la sintomatología que pueden presentar las personas, el cardiólogo, aseveró que los síntomas dependerán de la enfermedad específica que los cause. “Antes advertimos que hasta 70% de los hipertensos podrían ser asintomáticos, y podrían debutar con muerte súbita, infarto cardíaco, infarto cerebral de tipo hemorrágico o desprendimiento de la retina. Un 30% de los hipertensos podrían experimentar dolor de cabeza, mareos o vértigo, falta de concentración, insomnio, fatiga fácil, sensación de opresión torácica, disfunción eréctil”.  

Enfermedades Cardiovasculares más comunes

La enfermedad cardiovascular más común en el planeta es la hipertensión arterial, afectando más de un billón de personas. Esta condición tiene la particularidad de ser en la mayoría de los casos asintomática, así que muchas personas son hipertensas sin saberlo, lo que le ha valido la denominación de “El asesino silencioso”.

“La hipertensión arterial constituye el principal desafío de la salud pública en la población adulta. Los epidemiólogos a nivel mundial están de acuerdo en que si tratáramos efectivamente todas las personas hipertensas, lograríamos reducir la incidencia de insuficiencia cardiaca en 50%”, afirmó el especialista.

Otra enfermedad es la cardiopatía isquémica crónica, que se refiere a los trastornos de circulación propios del corazón. El origen de esta es la arteriosclerosis, un proceso inflamatorio de curso crónico que altera la estructura y funcionamiento de las arterias y capilares, y que puede ser agravada por niveles altos de colesterol y triglicéridos en sangre, la diabetes mellitus, la nicotina y otros químicos contenidos en los cigarrillos, y la misma hipertensión arterial.

“En Honduras, lamentablemente aún tenemos enfermedades asociadas a un bajo nivel de desarrollo humano como las valvulopatías reumáticas, relacionados con episodios frecuentes de amigdalitis en la niñez y juventud.

Otras de las patologías es la cardiopatía chagásica que está muy relacionada a la tala de los bosques que promueve la migración del vector de la enfermedad a las áreas habitadas (incluidas las residenciales de alta plusvalía).  

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