Embajador taiwanés elogia calidez y solidaridad del hondureño

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Tegucigalpa, Honduras.

El embajador de China Taiwán, Joseph Y. L. Kuo, dijo este miércoles , tras ser condecorado con la Orden de Francisco Morazán en el Grado de Gran Cruz Placa de Plata, que “Honduras es un país enormemente rico en calidez humana, en amor al prójimo y en solidaridad”.

El presidente Juan Orlando Hernández le impuso la condecoración al embajador taiwanés en un acto realizado en Casa de Gobierno, donde Kuo expresó sus sentimientos en favor de Honduras, un país “al que llevo en mi corazón”.

Kuo agradeció “por esta distinción, por lo que representa y significa para el pueblo y Gobierno de la República de China Taiwán y para mí”.

Asimismo, reconoció: “A lo largo de mi dilatada experiencia como diplomático, he tenido la oportunidad de recibir muchos reconocimientos de diversa índole, pero debo señalar desde lo más profundo de mi corazón que esta condecoración es muy diferente”.

Esta condecoración “marca un antes y un después, porque conocer, trabajar y vivir en Honduras es lo más maravilloso que me ha sucedido en mi vida profesional”, aseveró.

Remarcó que la calidez de la gente, la sencillez y la apertura de todos es algo que ha sido una verdadera enseñanza de vida, que orientará el derrotero de sus posteriores días.

Eligió a Honduras

Por otra parte, expuso que al finalizar sus funciones como embajador en Honduras, puede decir “con gozo, certeza y satisfacción que no me equivoqué al elegir a Honduras”.

“Y es que hay algo de lo que muy pocos están enterados: no me designaron para venir a Honduras, fui yo quien eligió a Honduras y siempre tuve el deseo de representar a mi país en esta hermosa tierra de Francisco Morazán”, relató.

Indicó que la experiencia con los catrachos le ha hecho comprender y aprender que un país puede tener muchas necesidades y tareas por emprender, a fin de alcanzar un pleno desarrollo, que mucha de su población pueda estar luchando día a día para mejorar su nivel de vida.

No obstante, Kuo considera que ese no es un obstáculo en el caso de los hondureños y hondureñas, ya que siempre brindan una amable sonrisa, un apoyo desinteresado y abren las puertas de sus hogares para ayudar al prójimo, por muy humildes que estos sean.

País rico en calidez

Asimismo, el diplomático reconoció que la mayor de las enseñanzas que se lleva de este noble y magnífico pueblo, “es que posiblemente tenga todavía muchas necesidades económicas, pero se los digo con plena sinceridad y desde lo más profundo de mi ser: Honduras es un país enormemente rico en calidez humana, en amor al prójimo y en solidaridad”.

Kuo recordó una frase del prócer nacional Francisco Morazán: “La grandeza de una patria no se mide por la extensión de su territorio, sino por la dignidad y honor de sus hijos”.

Por eso dijo que “muchos países debemos aprender de ustedes, que han logrado hacer de una adversidad una oportunidad para enriquecerse como seres humanos y eso es lo verdaderamente más importante, por cuanto todos estamos en este mundo para ser felices y el único modo de alcanzarlo es a través de la solidaridad y del amor”.

Explicó que el amor es lo que Honduras y su gente ofrecen al mundo y lo ofrecen sin límites.

Que se propicie una Vida Mejor

El embajador taiwanés, por otro lado, recordó que desde hace 75 años la República de China, Taiwán, ha acompañado incansablemente a Honduras en sus momentos de felicidad y éxitos, así como en los momentos de dificultad y crisis.

También indicó que está “plenamente convencido que los lazos de la hermandad y de cooperación entre nuestros dos países hermanos seguirán vigorizándose cada vez más en los próximos años; la historia de nuestros países está indefectiblemente unida a lo largo de muchas décadas de trabajo y ello seguirá siendo así en el futuro inmediato”.

Es por ello que expone sus más fervientes deseos para que este hermoso país de cinco estrellas, “siga desarrollándose para beneficio de toda su población y tengan cada vez más logros sociales y económicos que propicien una Vida Mejor a sus nobles ciudadanos”.

Kuo también dijo que no se despide de este maravilloso país, “por cuanto cuando uno ama, lo hace para toda la vida, y quiero declarar abiertamente a todos ustedes que amo a Honduras y por ello siempre lo tendré en el fondo de mi corazón”.

Dijo que siempre encontrará el motivo para regresar a este país que le dio tanto y que nunca olvidará, porque es difícil encontrar verdaderos y buenos amigos, pero más difícil es abandonarles y olvidarles; resulta imposible.

“Gracias, señor presidente; gracias a todas las autoridades, gracias a todas aquellas nobles hondureñas y hondureños que me recibieron con tanto desprendimiento, pero, sobre todo y ante todo, quiero agradecer a Dios por haberme dado el honor, privilegio y oportunidad de servir y trabajar en esta bella tierra de Lempira”, dijo Kuo.

“Gracias en nombre de mi familia y de este gitano de honor que se considera un verdadero catracho de corazón”, expresó el embajador.

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