El tatuador robótico

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Un equipo de estudiantes de la Escuela francesa de Estudios Avanzados de Diseño ha creado el primer robot tatuador del mundo. Para conseguirlo han modificado una impresora 3D para que, en vez de fundir e inyectar plástico, cuente con una pistola de tinta como cabezal. De momento solo es capaz de crear formas simples –como círculos–, pero ya hay al menos una persona que ha sido tatuada por esta máquina.

La primera modificación de la máquina la realizaron, según explican en la página web que recopila las instrucciones para replicarlo, en una tarde, durante un encuentro patrocinado por el ministerio de Cultura francés para fomentar la reutilización contenidos de dominio público. «A los asistentes les encantó», explican. «Pero los diseñadores no quisieron quedarse ahí. Querían una máquina capaz de hacer tatuajes reales en piel real, así que siguieron trabajando en el proyecto durante sus ratos libres».

Sus primeros progresos les permitieron crear los primeros tatuajes en piel artificial a base de silicona. Probaron con una circunferencia porque es una figura simple, pero con la suficiente complejidad como para poner a prueba la precisión de su máquina. «Funcionó», explican. El siguiente paso era hacer la prueba en una persona real, y no les fue difícil encontrar un voluntario. «Mucha gente estaba emocionada con ser el primer humano en ser tatuado por un robot», cuentan.

Piel real

«La gran dificultad que entrañaba era repetir el experimento en una superficie curvada –un brazo– y en un material –la piel– mucho más flexible que la silicona». Tuvieron que encontrar una manera de tensar la piel para facilitar el proceso. «La más eficaz fue usar un tubo de una moto, con un agujero en el área en la que se iba a pintar».

Los estudiantes ya han publicado un par de vídeos en los que muestran tanto parte del proceso de creación como el primer tatuaje real en una persona que ha creado su máquina. Un pequeño círculo en el dorso del antebrazo que representa una de las primeras interacciones invasivas humano-máquina sin supervisión humana, y sin fines médicos.

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