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Según informa Daily Mail, el duque de Sussex está devastado por esta pérdida, que se produjo a comienzos de mes, concretamente el pasado 5 de agosto, cuando el cuerpo sin vida de Jules, que tenía 37 años, fue encontrado. Posteriormente fue incinerado en la más estricta intimidad en Newcastle-under-Lyme, Staffordshire. A pesar de que Harry de Inglaterra no estuvo presente en este último adiós, sí que quiso enviar sus condolencias a la familia, especialmente a su esposa Francesca y a su hija de dos años, mediante una carta y flores.
Jules, además de un gran deportista, era el director ejecutivo de la organización benéfica Sharegift, cuyas oficinas están situadas muy cerca del Palacio de Buckingham. Además, estaba muy implicado con las causas con las que colabora Harry y, tras conocer de primera mano la labor que hacen los hijos de Diana de Gales con la organización benéfica de salud mental Heads Together, se sumó a esta causa y aportó su granito de arena.
«Esto ha sido una verdadera sorpresa. Ambos se cayeron bien desde el momento en que se conocieron», dice la prensa británica acerca de la amistad de Harry y Jules, que se remonta al año 2013, cuando este último preparó físicamente al príncipe para llegar hasta el Polo Sur con la expedición ‘Walking with the Wounded’ (Caminando con los heridos). Consistió en un viaje solidario mediante el cual recaudaron fondo para la organización WWTW y ayudar a soldados heridos en combate.