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El mal aliento y las caries son molestias orales bastante comunes en nuestra sociedad. Aunque sus causas sean múltiples, la gran mayoría es causada por pequeños microorganismos que viven en la flora bucal: las bacterias.
Se estima que existan nada menos que 100 millones de bacterias por cada milímetro de saliva, las cuales están conformadas por más de 600 especies diferentes. Normalmente, no tienen mucho futuro en el interior del organismo, pues son fácilmente eliminadas por las enzimas del aparato digestivo. Sin embargo, muchos microorganismos que se alojan en la cavidad oral (dientes, encías, lengua, saliva) pueden generar enfermedades que van más allá de las molestias bucales.
Estudios recientes presentados en la Conferencia Anual de la Sociedad para la Microbiología General, en Inglaterra, concluyeron que las bacterias encontradas en la boca y que forman parte de la placa dental son tan perjudiciales para el organismo que podrían generar otras enfermedades generalizadas y hasta fatales.
Una de las bacterias que requiere mayor atención es el Streptococcus gordonii, que suele estar en la placa que se forma en la superficie de los dientes. Si esta bacteria entra en el torrente sanguíneo, puede causar endocarditis infecciosa. Esta enfermedad se caracteriza por generar inflamaciones en las válvulas cardiacas a punto de que el suministro de sangre al corazón y al cerebro se bloquee, llevando a la muerte.
Además, un estudio llevado a cabo en la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, Estados Unidos, afirmó que los cambios en las bacterias orales pueden preceder la aparición de infecciones respiratorias. Los científicos encontraron que el tipo de bacteria más prevalente en la cavidad oral de los individuos enfermos era el Streotococcaceae. Esto, según el doctor Nigel Carter, presidente de la Fundación Británica de Salud Dental, presenta nueva evidencia de que existe un vínculo entre la higiene oral y los riesgos a la salud.
Los expertos concluyeron que los cuidados con la salud oral van mucho más allá de lucir una sonrisa saludable y dientes blancos. Es necesario mantener hábitos diarios de higiene bucal y visitar regularmente al dentista para garantizar que las bacterias orales no afecten el organismo.