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San Pedro Sula.
La junta directiva del conjunto esmeralda, presidida por Yankel Rosenthal, decidió darle el voto de confianza y ratificar al técnico Manuel Keosseián al frente del equipo, desvirtuando así algún relevo en el banquillo.
Las alarmas de la institución sonaron tras la más reciente derrota 0-4 frente a Olimpia en el estadio Morazán el pasado domingo; y no era para menos, tres derrotas, tres empates y una sola victoria no han sido de ayuda para que Manolo y los suyos se despeguen de la última posición de la tabla general.
El descenso no es una amenaza destinada únicamente para los equipos chicos y aunque ahora mismo sea Marathón el más señalado (está cuatro puntos debajo del Vida), sus jugadores, cuerpo técnico y directiva quieren empezar a subir, luego de prácticamente estar tocando fondo.
La ratificación de Manolo, después de que se manejaron los nombres de Nicolás Suazo y Ramón Maradiaga para sustituirlo, representa un granito de fe en el proyecto de “salvación” que emprendió desde su retorno al país.
Siendo uno de los hombres de confianza de Yankel Rosenthal, el estratega sudamericano ya ha afrontado circunstancias similares y ha salido avante; pero como dice el propio Amado Guevara, está vez “las cosas están más cuesta arriba”.
Keosseián pidió conformar un equipo competitivo y así lo hizo, reestructurando prácticamente el plantel con la llegada de jugadores como Amado, Diego Reyes, Emil Martínez, Sergio Bica, Luis Maldonado y Alfredo Mejía. En total se reforzó con 11 futbolistas entre nacionales y extranjeros.
Pero lo que parecía ser un Dream Team ha resultado ser un intento fallido dentro de la Liga, ya que sus figuras no han estado a la altura, ni han sabido asimilar lo que está en juego.
Pensarán que es fácil hacer leña del árbol caído, quizá, pero no se trata de eso. Se trata un grande del fútbol hondureño y de una de las razones de orgullo de los sampedranos, y con eso no se debería jugar.
Aquel fútbol alegre, rápido y contundente que llevó a Manolo a campeonizar tres veces con Marathón en el Apertura 2007-2008, Apertura 2008-2009 y Apertura 2009-2010 no ha podido ser plasmado en el torneo Clausura.
¿Falta de compromiso? No lo sé. Muchos nos dedicaremos a suponer antes de saber la verdad. Lo cierto es que la goleada sufrida ante Olimpia parece haber sido el detonante incluso pare sentir finalmente vergüenza deportiva.
Jugadores como el capitán Mario Berríos (expulsado dos veces este torneo) y Óscar Bonilla derramaron lágrimas al término del juego contra los albos, en una escena que reflejó lo grave de la situación en la que se encuentra en equipo.
Faltan 11 fechas para hacer olvidar el descenso. Ya no hay más margen de error para este equipo, ocho veces campeón de Liga Nacional. ¿Correcciones?, tendrá que haber y cuanto antes.
Y como reza un dicho: “Ser grande no significa que tienes que dominar a los demás. Significa que tienes que dominar tu propio potencial”.