Después de más de 80 años, cerrado el Centro Penal de Santa Bárbara

Santa Bárbara, Honduras

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Después de 80 años de funcionamiento, los santabarbarenses celebraron hoy la clausura oficial del Centro Penal, que llegó a albergar a 573 privados de libertad y se convirtió en un peligro para la población porque desde su interior se generaban actos delictivos.

El presidente Juan Orlando Hernández realizó este jueves un recorrido por las instalaciones del centro penitenciario, que ayer cerró sus puertas definitivamente con el traslado de los últimos 202 reos a las cárceles de Támara (Francisco Morazán), Gracias (Lempira) e Ilama (Santa Bárbara).

El mandatario colocó el candado en la puerta principal de la instalación, que en los últimos años llegó a tener entre su población a miembros de maras y pandillas e integrantes del crimen organizado.

El cierre del centro penal de Santa Bárbara es parte de toda la estrategia de seguridad que ejecuta el Gobierno del presidente Hernández para devolver la paz y la tranquilidad a los hondureños, que también incluye la construcción del nuevo sistema penitenciario.

El presidio fue construido en el centro de Santa Bárbara en la década de los 30 del siglo pasado por reos de esa época y el pasado 14 de octubre el presidente Hernández anunció su cierre definitivo con el propósito de transmitir tranquilidad y seguridad a los habitantes de este municipio santabarbarense.

La cárcel de Santa Bárbara es la segunda que se cierra en el presente año, pues en el pasado mes de octubre se clausuró definitivamente el centro penitenciario de San Pedro Sula.

Al igual que en San Pedro Sula, a los santabarbarenses se les consultará sobre qué quieren que se construya en el predio de la clausurada cárcel.

“Nos gustaría que se construyera un centro comercial en este lugar”, coincidieron varios habitantes del centro de Santa Bárbara.

Por su parte, el padre José Luis Mendoza dijo que “si me preguntan a mí, me gustaría una iglesia, pero la verdad que sería conveniente un centro de convivencia para los santabarbarenses”.

Felicitaciones a Fusina

El titular del Ejecutivo felicitó a las organizaciones aglutinadas en la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) que participaron en la Operación Arpía, que culminó con el cierre de los centros penales de Santa Bárbara y San Pedro Sula.

“Son dos centros penales cerrados y una reubicación en lo que viene siendo la construcción de un nuevo sistema carcelario en Honduras”, dijo el gobernante.

Lamentó que los centros penales del siglo pasado fueron rebasados por un fenómeno delincuencial para el cual el país nunca se preparó.

Las autoridades no visualizaron la complejidad de la situación y además hizo falta mucha voluntad política para ordenar las cosas y evitar que desde centros penales como el de San Pedro Sula y otros se planificaran crímenes y se generara una ola de terror a lo largo y ancho de Honduras, señaló.

Sin embargo, el mandatario destacó que hoy se puede ver en San Pedro Sula que después del cierre del presidio han disminuido dramáticamente los índices de violencia.

Recordó que Honduras llegó a ser el país más violento del mundo y casi se alcanzaron 90 muertes por cada 100,000 habitantes, “pero hemos venido haciendo un esfuerzo y eso viene para abajo y probablemente este año cerremos en 41 muertes por cada 100,000 habitantes”.

Destacó que el mes de octubre pasado fue el de menor incidencia delictiva en la última década, lo que significa –agregó- que “los hondureños demostramos que sí se puede avanzar en ir recuperando la paz a la que tenemos derecho”.

Divididos en categorías

El presidente Hernández anunció que “el que está privado de libertad de ahora en adelante puede entrar en tres categorías: el de mínima de peligrosidad va a estar en una cárcel de mínima seguridad”.

Continuó diciendo que el de media peligrosidad estará en una cárcel de acuerdo a esa condición y el de máxima tiene que estar totalmente aislado porque el Estado tiene que proteger al pueblo hondureño de cualquier maldad que quiera generar esa persona.

“Pero el que está en media y mínima va a estar en centros penales como el que está en construcción en Naco (Cortés), que tendrá talleres, espacios para que pueda reeducarse, prepararse y salir a la sociedad ya con una nueva actitud”, añadió.

Expresó que los nuevos centros penales que se construyan tendrán esas tres categorías mencionadas.

El presidente Hernández dejó claro que “el que sea altamente peligroso tiene que estar totalmente aislado para proteger a un pueblo que ha sufrido demasiado”.

Que el pueblo decida

El mandatario anunció que el pueblo de Santa Bárbara decidirá qué se construirá en el predio de la clausurada cárcel.

“Ustedes (santabarbarenses) van a decidir y tendrán nuestro respaldo para que edifiquemos lo que sea mejor para Santa Bárbara”, indicó.

 También –dijo- Santa Bárbara tiene que ser parte de lo que se está trabajando con los nuevos mercados que pueden ser ubicados en lugares estratégicos.

Hernández dijo que “al pueblo de Santa Bárbara y al resto de los hondureños, principalmente a los vecinos cercanos al presidio, les pedimos disculpas porque el Estado se tardó tanto en cerrar este centro penal”.

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