Costa Rica y Brasil: una historia de amor

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Brasil.

Los jugadores de Costa Rica están enamorados de la gente y el sentimiento es recíproco. Cuando se encuentran con sus aficionados, los Ticos no andan cabizbajos ni con los ojos puestos en sus teléfonos, como es típico en los futbolistas actualmente. No ofrecen saludos desganados ni sonrisas falsas al pasar. «Los queremos y ellos nos quieren», explica el delantero Joel Campbell.

«El amor que estamos recibiendo del público es muy poderoso», declara Campbell a FIFA.com durante una de las llegadas del equipo a su hotel. «Llevamos esa pasión y esa felicidad al terreno de juego. Nos proporciona una motivación extra».

El amor que menciona Campbell, una de las revelaciones de esta fase final, se percibe fácilmente. Cerca de 4.000 simpatizantes costarricenses han viajado desde el país centroamericano hasta Brasil. Muchos de ellos siguen al equipo de ciudad en ciudad a lo largo de miles de kilómetros. Otros están asentados en una de las sedes.

Despliegan sus paraguas e instalan sillas para esperar la llegada de sus queridos Ticos. Mientras esperan, se mezclan con los brasileños, agitan sus banderas y dejan en las costas brasileñas su Pura Vida, la marca y estandarte que identifica a Costa Rica.

Lejos pero muy cerca

Cuando el equipo llegó a las costas septentrionales de Recife, donde luego cosecharía una victoria histórica ante Italia, tetracampeona del mundo, el hotel estaba repleto de seguidores. «Estamos aquí para acompañar a nuestro seleccionado. Apoyamos a nuestros jugadores y ellos nos transmiten alegría y orgullo por nuestro país», comenta Rodrigo, un simpatizante que llegó con su familia desde San José, capital de Costa Rica. Rodrigo se ha tomado unas vacaciones para saborear este momento «único en la vida».

Al salir del autocar, los jugadores fueron recibidos con una ovación monumental. Sin embargo, la recepción estuvo lejos de ser un acto de devoción. Más bien se parecía al reencuentro de una familia luego de pasar mucho tiempo sin verse. El extraordinario guardameta Keylor Navas abrazó a una señora mayor en medio de la multitud como si de su propia madre se tratara. «¡Bravo, Keylor!», aprobó la gente cuando el jugador se inclinó para rodear con los brazos a la mujer, mucho más bajita que él. Con una sonrisa, el guardameta del Levante tomó fotografías de la multitud.

«La afición está con nosotros en las duras y en las maduras», comenta el mediocampista Christian Bolaños, el jugador más veterano del equipo. Ciertamente, también ha habido momentos malos. Bolaños integraba la selección que perdió todos sus partidos en Alemania 2006 y el combinado que no llegó a Sudáfrica 2010 después de haber caído en una eliminatoria agónica. «Estos aficionados han hecho un viaje muy largo. Estamos lejos de casa, pero nos sentimos conectados con ellos aquí».

Un momento recíproco

Cristian Gamboa y Giancarlo González, dos jóvenes debutantes en este Mundial, lograron atravesar la marea de seguidores al tiempo que filmaban a la gente con sus teléfonos. Simultáneamente, sus paisanos también los capturaban en video a cada paso. Esta selección modesta de la CONCACAF está haciendo historia en Brasil. Con la clasificación para octavos de final asegurada a falta de un partido por disputar, contra Inglaterra, éste es el momento más importante en la historia del fútbol costarricense.

«¡Bryan, Bryan! ¡Capitán!», sube el grito desde la multitud a medida que Bryan Ruiz, el líder del equipo y anotador del gol ante Italia, se abre paso con una tímida sonrisa. Por su estatura destaca por encima de las cabezas, lo que le permite contemplar con deleite toda la escena. Se detiene para firmar un balón y acariciar la cabeza de un niño.

«Costa Rica es un país de gente apasionada por el fútbol, pero también por la vida y sus cosas buenas», añade el extremo Júnior Díaz, quien ofreció una actuación impecable en su debut en el Mundial. «Podemos corresponderles con nuestro juego. Sentimos la pasión que nos regalan en la cancha y en el hotel. Nos llena de energía».

Con cada partido que los Ticos disputan en Brasil, crece el grupo de seguidores. No se trata sólo de extranjeros que se unen circunstancialmente a la fiesta; muchos aficionados locales también están sumándose a los festejos. De hecho, el fútbol rápido, la unión y la solidaridad de los costarricenses encandilan e inspiran por partes iguales a los anfitriones de la competición.

«Los brasileños nos han dedicado un lugar en su corazón», concluyó Bolaños, visiblemente emocionado. Es un hombre que ha visto mucho durante su larga carrera, pero ciertamente nada como esto. «Nos han abierto las puertas de su casa». FIFA

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