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El gobierno repudió el asedio del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en contra de la iglesia en ese país vecino.
A través de una nota, la Cancillería General de la República urgió a las autoridades nicaragüenses detener la persecución a la que están siendo sometidos presos políticos, así como el párroco y los fieles de la iglesia de San Miguel de Masaya.
La Policía Orteguista persigue ahora a un grupo de familiares de presos políticos que inició una huelga de hambre indefinida como protesta para demandar su liberación. En ese escenario, las autoridades también detuvieron a 13 jóvenes que llevaron agua a las madres que se manifiestan.
El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo metropolitano de Managua, confirmó a los medios de comunicación nicaragüenses que el Papa Francisco ya está involucrado en la situación.
Ante las circunstancias en Nicaragua, Costa Rica manifestó nuevamente su preocupación por la violación sistemática de los Derechos Humanos, tales como la libertad de expresión y la manifestación pacífica, así como la libertad religiosa.
Según manifestó Brenes, el gobierno de su país también suspendió los servicios de agua y luz en la parroquia donde se desarrolla la huelga de hambre.
Para Costa Rica, la crisis que inició en Nicaragua desde abril del 2018 debe resolverse llamando a elecciones libres, participativas y con observación internacional.