La cirrosis es la cicatrización y el mal funcionamiento del hígado
como resultado final, normalmente, del excesivo consumo de alcohol.
Una de sus principales causas es la ingesta
de bebidas alcohólicas, sin embargo, las personas que han padecido de hepatitis
B o C también son propensas a la enfermedad. La acumulación
de grasa en el hígado es otro de
los factores de riesgo.
A continuación nueve síntomas
que alertan su presencia:
1.-Debilidad
2.-Fatiga
3.-Pérdida de apetito
4.-Náuseas
5.-Vómitos
6.-Pérdida de peso
7.-Dolor abdominal
8.-Hinchazón y acumulación de líquido en el abdomen
9.-Aparición de vasos sanguíneos en la piel con forma de
arañas o varices
Complicaciones
A medida que la función hepática se deteriora se pueden
presentar varias complicaciones que empeoran la salud de la persona.
La acumulación de líquidos en las piernas, conocida como
edema, y en el abdomen pueden conllevar a una infección grave.
La mala función del hígado ralentiza la producción de proteínas necesarias para la
coagulación por lo que aparecen moretones en la piel.
El diagnóstico de cirrosis generalmente se basa en la presencia de un factor de
riesgo para la enfermedad, como por ejemplo el consumo de alcohol o la
obesidad, y se confirma mediante exámenes físicos, pruebas de sangre e imágenes.
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