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Las festividades religiosas son uno de los pilares culturales de nuestro país. Permiten a las personas vivir un momento de paz y comunión a la vez que se rescatan tradiciones milenarias. Una de las más importantes es la alborada en honor al hallazgo de la Virgen de Suyapa.
Año con año miles de feligreses se reúnen en la Basílica de Suyapa durante los primeros días de febrero, en Tegucigalpa, para celebrar uno de los más importantes eventos para la comunidad católica del país. La Virgen de Suyapa, que fue encontrada hace 274 años es un símbolo muy reverenciado por gran parte de los hondureños.
Fe y devoción
Sin embargo, debido a la pandemia por Covid-19 y a los huracanes Eta e Iota que golpearon al país, la conferencia Episcopal de Honduras ha tomado la decisión de cambiar la forma en la que este evento se celebra.
Durante este año no habrá peregrinaje a la Basílica de Suyapa estará cerrada del 1 al 4 de febrero para evitar aglomeraciones.
Los obispos celebrarán la novena y la fiesta en honor a la Virgen de Suyapa en cada una de las parroquias y comunidades del país. Siempre siguiendo las estrictas medidas de bioseguridad. Los feligreses deberán mantener el distanciamiento social y utilizar mascarillas en todo momento.
El aforo a estos eventos estará limitado al número de personas que las autoridades gubernamentales determinen.
“Este año les rogamos, hermanos y hermanas peregrinos, no asistir ni planificar visitas a la Basílica ni al Santuario Pequeño. Este año queremos que nuestras casas, iglesias domésticas, se conviertan en el pequeño santuario donde recibiremos a nuestra morenita. Ella nos visitará a través de las celebraciones en nuestras Parroquias y en todos los rincones del país”, pidió la Conferencia Episcopal a través de su comunicado.
La pandemia continúa en territorio nacional y es responsabilidad de todos lograr frenarla.