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El colombiano Daniel Rendón Herrera, conocido como «Don Mario» exjefe del Clan del Golfo y uno de los narcotraficantes más poderosos de su país, fue sentenciado a 35 años de cárcel por una jueza de Nueva York, donde se llevó a cabo su proceso judicial.
“Hay que pensar en todas aquellas personas que nunca verán a sus seres queridos, que fueron asesinados de formas terribles”, dijo la jueza Dora Irizarry al final de una sesión judicial de casi dos horas.
Rendón-Herrera, de 56 años, se declaró culpable en noviembre de ofrecer apoyo a una organización designada como terrorista y de liderar una empresa ilícita de forma ininterrumpida en conexión con el tráfico de drogas. Por ese último cargo, la jueza le impuso 35 años de cárcel mientras que para el primer cargo la condena fue de 15 años. Sin embargo, ambas sentencias son concurrentes, es decir, se cumplen a la vez.
También conocido como Don Mario, el narco colombiano fue extraditado a Estados Unidos en 2018. Según las autoridades estadounidenses, Rendón-Herrera lideró en la década de 1990 a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que fueron designadas por Estados Unidos organización terrorista en 2001.
Según la Fiscalía, cuando en 2006 muchos miembros abandonaron la organización como parte de un proceso de paz en Colombia, Rendón-Herrera rediseñó el grupo y lo convirtió en Los Urabeños, también conocidos como el Clan Usuga o el Clan del Golfo.
“Los Urabeños empleaban sicarios que llevaban a cabo actos de violencia, incluyendo asesinatos, asaltos, secuestros y atentados para recolectar deudas por drogas, mantener la disciplina, y expandir el territorio para narcotráfico y promover el prestigio, la reputación y la posición de la organización”, escribió el Departamento de Justicia en un comunicado en 2021.
El narco fue capturado en abril de 2009 en una zona del departamento colombiano de Antioquia luego de más de 10 meses de operaciones de inteligencia. En ese momento, según la Fiscalía, Rendón-Herrera dirigía 16 “bloques” o territorios alrededor de todo Colombia y miles de guerrilleros paramilitares.
Al declararse culpable, el colombiano admitió la responsabilidad de haber traficado al menos 73,645 kilos de cocaína. Fue condenado a la pena que la Fiscalía exigía por sus crímenes.
