Cómo es el nuevo avión supersónico de la NASA que estaría listo a fin de año

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Desde que el mítico e imponente avión anglofrancés Aérospatiale-BAC Concorde, más conocido como Concorde, dejó de volar el 24 de octubre de 2003, ningún pasajero ha podido volar a la velocidad del sonido. Los únicos privilegiados son actualmente los pilotos de aviones de guerra tipo caza.

El trágico accidente ocurrido el 25 de julio de 2000, el único registrado en sus 27 años de servicio fue el comienzo del fin del monstruo de la velocidad comercial, que alcanzaba el Mach 2,02; es decir, los 2.140 km/h, más del doble de cualquier avión comercial. Gracias a esta descomunal velocidad, podía volar entre Nueva York y París en solo tres horas y media.

Pero este recuerdo podría volver a ser una realidad. Un nuevo avión supersónico experimental de la NASA está por volver a volar a comienzos del año próximo.

Se trata del avión, oficialmente llamado X-59 QueSST y a menudo denominado solo X-59, que recibió luz verde para el ensamblaje final durante una revisión crítica de diseño a fin del año pasado. Con este avión, la NASA tiene como objetivo crear una nave ultra silenciosa que pueda viajar por tierra más rápido que la velocidad del sonido, para luego expandir este conocimiento a futuros aviones comerciales.

El avión es construido por la empresa Lockheed Martin, por instrucciones precisas y financiamiento de la NASA. Según el proyecto, el prototipo de avión supersónico “silencioso” será monomotor. La longitud del del mismo será de 28,7 metros. “Se está moviendo muy rápido en el taller en términos de fabricación y producción”, expresaron desde la compañía de aviación.

Esta declaración se suma al progreso constante evidenciado por la compañía, ya que las alas del avión se ensamblaron en Lockheed Martin Skunk Works en Palmdale, California, y los sistemas innovadores para la nave continúan desarrollándose. En su especial diseño, que busca reducir el ruido de la aeronave, se encuentra una nariz afilada alargada.

“Después del ensamblaje final de la nave tomaremos el fuselaje para hacer algunas pruebas de aerodinamia e instalaremos algunas otras partes vitales como los distintos sistemas de vuelo y luego desplegarlo. Una vez que el avión esté todo junto, tomará su primer vuelo en 2021”, agregaron.

¿Pero un avión que viaja a velocidades supersónicas, o más rápido que la velocidad del sonido, será realmente lo suficientemente silencioso como para evitar causar una perturbación importante? Según la empresa, el equipo detrás del avión confía en que la nave será ultrarrápida y ultra silenciosa.

“Tenemos mucha confianza. Todo tipo de simulaciones y predicciones de modelado se alinean, por lo que creemos, en base a estos modelos y simulaciones que hemos ejecutado, que logrará ese sonido de bajo auge una vez que alcance velocidades supersónicas”, aseguraron desde Lockheed Martin.

El problema recurrente de los aviones supersónicos que son muy ruidosos al alcanzar la velocidad del sonido, producen un boom sónico que puede ser muy molesto por donde vuela. Otro problema es el alto consumo de combustible que demandan.

Construir el avión es realmente solo la Fase 1 de todo el proyecto. Con la Fase 2, se realizarán más pruebas, certificaciones y validación acústica (o sonora). Después de eso, en la tercera fase, las pruebas de respuesta de la comunidad garantizarán que, con una demostración de bajo boom (un boom sónico silencioso), valide la forma en que las personas responden a la nave que vuela por encima.

Según una declaración de la NASA, en las pruebas de respuesta de la comunidad, el equipo “volará el avión X sobre comunidades estadounidenses seleccionadas para recopilar datos sobre las respuestas humanas a los vuelos de bajo auge y entregar ese conjunto de datos a los reguladores estadounidenses e internacionales”.

Este noviembre último, ciudadanos de Galveston, Texas, se convirtieron en espectadores privilegiados de varios vuelos de aviones caza F/A-18 Hornet sobre los cielos de esa localidad. El objetivo de la NASA era investigar el impacto de los auges sónicos ordinarios y más silenciosos para determinar cuánto ruido sónico las personas en el suelo consideran aceptable en sus vidas cotidianas.

«Nunca sabremos exactamente lo que todos escuchan. No tenemos un monitor de ruido dentro de cada casa», dijo en un comunicado Alexandra Loubeau, líder del equipo de la NASA para la investigación de la respuesta de la comunidad de auge sónico en Langley, Virginia. «Pero nos gustaría al menos tener una estimación del rango de niveles de ruido que realmente escucharon», apuntó.

En abril de 2019, la NASA otorgó a la Compañía Aeronáutica Lockheed Martin un contrato de 247.5 millones de dólares para construir un avión supersónico silencioso llamado X-59. “Este avión tendrá una forma tal que las ondas de choque supersónicas no se unan para formar fuertes explosiones sónicas, los sonidos disruptivos que llevaron al gobierno a prohibir el vuelo supersónico sobre los Estados Unidos en 1973”, informó la NASA.

Además de la NASA, otras compañías como Boom Supersonic, Spike Aerospace y Aerion Supersonic, están en carrera por tener su avión supersónico.

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