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Con el fin de brindar apoyo a personas que presentan dificultades de oír y hablar, mejor conocidos entre la población como sordo mudos, un grupo de misioneros procedentes de Trinidad y Tobago se instalaron en Roatán y Guanaja, para brindar clases del lenguaje de señas.
Luego de un trabajo de búsqueda de personas con personas con este tipo de discapacidades los instructores permanecieron en la isla por tres meses logrando beneficiar alrededor de 15 personas sordomudas y no videntes.
“Todos nos beneficiamos con estas clases independiente seamos, tengamos o no en nuestra familia a una persona sordo muda o no videntes, podemos ayudar a otros y aprender de ellos también” expresó el Dr Ben Braigthwaiter de University of the Wets Indies.
Además, dijo que “ha sido una experiencia inspiradora, emocionante y algo nuevo debido a que encontraron en la isla un alto porcentaje de personas no videntes y sordomudos a la vez; lo que permitió aprender dentro de su mismo lenguaje en un nivel más alto; aunque son personas con las mismas discapacidades el lenguaje corporal es diferente en cada región”