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Este 17 de septiembre, Honduras celebra el Día del Maestro, una jornada dedicada a reconocer la invaluable labor de quienes han formado generaciones y continúan siendo fundamentales en la educación de las futuras generaciones del país. No obstante, la conmemoración llega en un momento de grandes desafíos para el sistema educativo hondureño.
Uno de los principales problemas señalados por los gremios docentes es la situación de las escuelas bidocentes, donde un solo maestro debe atender a grupos de hasta 40 estudiantes, limitando la calidad de la enseñanza. Además, muchos maestros expresan su preocupación por la infraestructura deteriorada en las escuelas y la falta de recursos básicos para impartir clases.
La discusión sobre las reformas del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (Inprema) también ha generado divisiones dentro del gremio. Mientras algunos maestros apoyan los cambios propuestos, otros se oponen, lo que ha provocado una brecha que, según esperan, pueda resolverse con acuerdos que beneficien a todos.
El dirigente magisterial Joel Navarrete subrayó la necesidad de dignificar la carrera docente, argumentando que los salarios actuales no compensan el esfuerzo y dedicación que los maestros aportan a la educación del país. «No se puede seguir educando en las mismas condiciones que hace décadas, mientras el mundo avanza y los problemas en la educación se agravan», declaró Navarrete, exigiendo acciones concretas por parte del gobierno y las autoridades educativas.
Además de los retos laborales, los docentes también enfrentan un contexto de violencia que afecta tanto a estudiantes como a maestros, y piden medidas para mejorar las condiciones en las que realizan su trabajo diario.
Pese a estas dificultades, diversos sectores de la sociedad han expresado su admiración por la dedicación de los maestros. «Son héroes silenciosos que, a pesar de todo, siguen enseñando y creyendo en un mejor futuro para nuestros hijos», expresó un padre de familia entrevistado.
