Líder Garífuna Denuncia Vulnerabilidad de sus Comunidades Ante Inundaciones en el Norte de Honduras
Recibe actualizaciones en tiempo real directamente en tu dispositivo, suscríbete ahora.
Humberto Castillo, líder de la comunidad garífuna, denunció este miércoles que el 75% de las comunidades de esta etnia en el norte de Honduras se encuentran desprotegidas y vulnerables a los efectos de las intensas lluvias. Castillo destacó que todas las comunidades del sector del Ramal del Tigre, en Tela, Atlántida, están en riesgo debido al desbordamiento del río Ulúa, que amenaza con inundaciones.
El líder comunitario criticó la falta de apoyo de las municipalidades locales, lo que ha obligado a las comunidades garífunas a desarrollar sus propios planes de contingencia. «Aquí es sálvese quien pueda y solo entre nosotros nos apoyamos», enfatizó Castillo, evidenciando la precariedad en la que se encuentran ante las emergencias.
A pesar de la falta de respaldo gubernamental, Castillo señaló que las comunidades garífunas están preparadas con equipo y personal para atender posibles inundaciones. Sin embargo, reiteró la necesidad de contar con un apoyo más fuerte por parte del gobierno para enfrentar estos desastres naturales de manera más efectiva.
Por su parte, la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) declaró el martes una Alerta Amarilla por un período de 72 horas para las comunidades situadas en las partes bajas de los municipios del Valle de Sula. Los municipios bajo esta alerta son Pimienta, Villanueva, Potrerillos y San Manuel en Cortés; Santa Rita, El Negrito y El Progreso en Yoro; hasta el Ramal del Tigre en el municipio de Tela, Atlántida. La decisión se tomó debido al notable crecimiento del nivel del río Ulúa, provocado por las constantes lluvias en el occidente de Honduras.
Además, se mantiene la Alerta Verde en los departamentos de Santa Bárbara, Copán, Ocotepeque, Lempira e Intibucá, ya que las lluvias persisten en la región, poniendo en riesgo a otras comunidades.
Ante esta situación, los garífunas asentados en el norte de Honduras se sienten expuestos y desprotegidos, y hacen un llamado urgente a las autoridades para que se les brinde el apoyo necesario para garantizar la seguridad de sus habitantes y la integridad de sus comunidades.
