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Tras la reciente juramentación de Rixi Moncada como Ministra de Defensa, el Colegio de Abogados de Honduras (CAH) ha manifestado su postura sobre la legalidad y la ética de esta decisión. Aunque el CAH reconoce que Moncada está legal y constitucionalmente habilitada para ocupar el cargo, el presidente del gremio, Gustavo Solórzano, señaló que el verdadero conflicto radica en el ámbito ético.
«Legal y constitucionalmente, Rixi Moncada está habilitada para ser Ministra de Defensa. Sin embargo, el problema es ético,» afirmó Solórzano, haciendo énfasis en el dilema que surge al combinar sus funciones en el gobierno con su rol como precandidata presidencial por el partido Libertad y Refundación (Libre).
Solórzano recordó que, en un acto de ética política, Moncada renunció anteriormente a su cargo como ministra de Finanzas para poder participar en actividades políticas. Sin embargo, el hecho de que ahora regrese a un alto cargo en el gobierno mientras sigue siendo precandidata presidencial plantea interrogantes sobre la coherencia de su decisión y la ética de su nombramiento.
Dilema Ético y Rol de las Fuerzas Armadas
El dilema ético, según Solórzano, se amplía cuando se considera el papel activo de las Fuerzas Armadas en el proceso electoral. Moncada, como Ministra de Defensa, tendrá control político sobre el aparato militar mientras continúa con su campaña presidencial, lo que genera preocupación sobre la imparcialidad de las Fuerzas Armadas en un proceso democrático.
«No estamos hablando de un problema de legalidad, sino de ética y transparencia en la política,» agregó Solórzano, haciendo eco de las preocupaciones de diversos sectores de la sociedad hondureña.
Contradicción en las Políticas del Gobierno
La situación se torna aún más controvertida debido a que, en el pasado, la presidenta Xiomara Castro había solicitado a los miembros de su gabinete renunciar a sus cargos si tenían intenciones de participar en política. Moncada, en su momento, cumplió con esta solicitud al abandonar su puesto como ministra de Finanzas para postularse como precandidata presidencial.
Ahora, al ser nombrada Ministra de Defensa, esta decisión parece contradecir el lineamiento previamente establecido por la presidenta Castro, lo que suma otro ángulo de cuestionamiento ético en el ámbito político hondureño.
