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Jaime Lozano, seleccionador de México, admitió en una rueda de prensa en la madrugada del miércoles que a su equipo le resulta difícil jugar contra rivales de la Concacaf y subrayó la necesidad de abordar este desafío para el crecimiento del equipo. Estas declaraciones siguieron a la victoria por penales sobre Honduras en los cuartos de final de la Liga de Naciones de Norte, Centroamérica y el Caribe.
«No es fácil jugar en la Concacaf; a lo largo de la historia nos ha costado, pero no perdimos la fe y nos llevamos nuestra recompensa», expresó Lozano después de que México perdiera 2-0 en el partido de ida en Tegucigalpa, pero lograra imponerse por el mismo marcador en el partido de vuelta y avanzara por 4-2 en la serie de penales.
Lozano reflexionó sobre la importancia de aprender a jugar en diversos escenarios, mantener una identidad, actitud y mentalidad. Destacó la unión y la fe del equipo como elementos clave para superar las dificultades.
A pesar de la falta de puntería en el partido, los mexicanos lograron igualar la serie con goles de Luis Chávez en el minuto 43 y Édson Álvarez en el tiempo de reposición.
En cuanto a las críticas sobre su posición como entrenador, Lozano reconoció la inestabilidad inherente al cargo de seleccionador. Argumentó que cambiar no es la solución para alcanzar los objetivos y señaló que, aunque la derrota en Honduras fue un revés, hace tres meses ganaron la Copa Oro.
El próximo desafío para México será la semifinal de la Liga de Naciones contra Panamá en marzo, seguido por la preparación para la Copa América en el verano de 2024. Lozano destacó que tienen un plan, aprovechando las fechas FIFA para contar con todos los jugadores y esforzándose por enfrentar a los mejores rivales posible con el objetivo de llegar en óptimas condiciones al torneo continental.
