Inundaciones en Honduras dejan millonarias pérdidas en cultivos de café, frijoles, palma africana y ganado de engorde
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El municipio de Trojes, en el departamento de El Paraíso, se encuentra en estado de emergencia debido a las intensas lluvias que han causado graves daños en la región, afectando tanto la infraestructura como los cultivos agrícolas.
La situación fue anunciada por el alcalde Nelson Moncada, quien expresó su preocupación por las pérdidas significativas que está experimentando la comunidad.
Las fuertes precipitaciones han afectado principalmente a los cultivos de frijol, donde las constantes lluvias han provocado daños considerables, especialmente por la presencia de hielo.
Las fincas de café tampoco han escapado de los estragos climáticos, ya que la fase de cortadura del grano aromático ha comenzado en esta época.
Sin embargo, la lluvia ha dificultado la cosecha y el secado del café ya cortado, generando un panorama desafiante para los agricultores locales.
Uno de los problemas más apremiantes es la falta de mano de obra para la cosecha del café, ya que las condiciones climáticas adversas impiden que los trabajadores realicen sus labores habituales.
Esta situación ha llevado a un impacto negativo en el ganado de engorde, según informó el alcalde municipal, añadiendo una capa adicional de dificultad para la comunidad agrícola.
Además de Trojes, los productores del departamento de Yoro también están enfrentando preocupaciones considerables, especialmente en relación con las plantaciones de palma africana. Se estima que al menos tres mil manzanas de este cultivo han sufrido daños debido a las inundaciones.
A pesar de la resistencia natural de la palma africana, las persistentes lluvias han dejado secuelas en la producción, generando inquietud entre los agricultores.
En medio de este panorama desafiante, los productores expresaron su preocupación por las pérdidas económicas significativas y las deudas acumuladas en los bancos.
Las lluvias continuas están complicando aún más la situación financiera de los agricultores, quienes se ven obligados a lidiar con las consecuencias de un clima adverso que amenaza la estabilidad de sus cultivos y la economía local.
