Dos sacerdotes más son arrestados en Nicaragua, denuncia el obispo Silvio Báez
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En medio de las crecientes tensiones entre el Gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia católica, los sacerdotes nicaragüenses Iván Centeno y Julio Ricardo Norori fueron detenidos por agentes de la Policía Nacional, según denunció el exiliado obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez.
Ambos sacerdotes pertenecen a la diócesis de Estelí, en el norte de Nicaragua, y fueron arrestados la noche del domingo por lo que Báez describió como «la dictadura sandinista de Daniel Ortega». Inicialmente se informó que eran tres los religiosos detenidos.
Báez, actualmente exiliado en Estados Unidos por motivos de seguridad y por solicitud del papa Francisco, señaló que «la feroz persecución contra la Iglesia Católica» por parte de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, continúa. Hizo un llamado a la Iglesia en todo el mundo a elevar oraciones por Nicaragua y por la Iglesia que está siendo perseguida.
La Policía Nacional, bajo el mando de Francisco Díaz, consuegro de la pareja presidencial, no ha confirmado ni negado las detenciones de los dos sacerdotes.
El sacerdote Iván Centeno es el titular de la parroquia Inmaculada Concepción de María en Jalapa, departamento de Nueva Segovia, mientras que el párroco Julio Ricardo Norori es del templo San Juan Evangelista en San Juan del Río Coco, departamento de Madriz, ambos ubicados en la frontera con Honduras.
Ambos pertenecen a la diócesis administrada por el obispo encarcelado Rolando Álvarez.
La parroquia a cargo del sacerdote Centeno emitió un mensaje a través de su página de Facebook el domingo, pidiendo «oraciones por nuestra parroquia y nuestros sacerdotes», sin proporcionar más detalles, antes de que ocurriera la detención.
La investigadora nicaragüense exiliada, Martha Patricia Molina, autora del estudio titulado «Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?», que monitorea la situación de los sacerdotes en el país centroamericano, calificó las nuevas detenciones como «noches de cuchillos largos para la Iglesia Católica».
