Esto recomiendan los psicólogos para lidiar con el agotamiento emocional

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El agotamiento emocional es un estado de cansancio mental y físico que se produce cuando nos sentimos agobiados por las presiones de la vida cotidiana. Se trata de una respuesta del organismo ante situaciones que nos generan estrés, ansiedad, frustración o tristeza. Cuando se extiende en el tiempo, puede dañar nuestra salud y calidad de vida.

Algunos de los síntomas más habituales son los siguientes:

apatía, baja autoestima, arrepentimiento, síntomas físicos, aislamiento social, cambios de humor, ausencia de disfrute, dificultad para concentrarse y dificultades para dormir y comer.

Los psicólogos pueden ofrecernos diferentes estrategias para lidiar con el agotamiento emocional, tanto desde una perspectiva preventiva como terapéutica:

Buscar ayuda profesional cuando sea necesario. Si se nos impide llevar una vida normal, se afecta nuestra salud o se asocia el agotamiento con otros trastornos psicológicos, como la depresión o la ansiedad, es conveniente consultar con un profesional que nos apoye. El tratamiento puede incluir sesiones individuales o grupales, técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual, terapia de aceptación y compromiso, etc.

Identificar y modificar las causas del agotamiento emocional. Es importante analizar qué situaciones o factores nos generan estrés, ansiedad o malestar, y tratar de afrontarlos de forma más adaptativa. Por ejemplo, si el trabajo nos causa mucho estrés, podemos negociar con nuestro jefe una reducción de horas o de carga, aprender a organizar mejor el tiempo y las tareas, delegar o pedir ayuda.

Fomentar el autocuidado físico y mental. Podemos crear hábitos saludables diarios, como dormir bien, alimentarnos de forma equilibrada, hacer ejercicio con regularidad, meditar. Estas actividades nos permiten desconectar de los problemas, disfrutar del presente, mejorar el ánimo y la autoestima.

Mantener una red de apoyo social. Es bueno sentirnos acompañados, comprendidos y valorados. Podemos compartir sentimientos, pensamientos y experiencias, pidiendo consejo o ayuda. También es recomendable participar en actividades sociales o recreativas; desde salir a tomar algo con los amigos hasta apuntarse a un curso o a un voluntariado. El objetivo es que ampliemos nuestro círculo social.

Desarrollar habilidades de gestión emocional. Aprender a reconocer, expresar y regular nuestras emociones puede facilitarnos el manejo del agotamiento emocional. Debemos practicar el hecho de cambiar los pensamientos negativos por otros más positivos y realistas, buscar soluciones creativas a los problemas que nos preocupan, comunicarnos de forma clara y respetuosa con los demás, diciendo lo que pensamos y sentimos, pero sin ofender ni agredir.

Encontrar momentos de conexión con uno. El día a día nos sumerge en un sin fin de momentos de intercambio, pero, ¿en qué momento intercambiamos con nosotros? Se torna indispensable hallar momentos de encuentro con uno. Existen diferentes formas de lograrlo: la lectura, un paseo, la música, la meditación, la escritura o mediante un momento de desconexión, por ejemplo, contemplando un atardecer. Validar y reforzar nuestros logros y valías. Ubicar el foco en nuestras fortalezas, nuestras habilidades y logros es una tarea que nos distancia del agotamiento emocional. De este modo, fijamos nuestra atención en nosotros, encontrando y reparando en valores que nos refuerzan y nos hacen únicos como persona

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