26 años después avances y retos de la CDN

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Tegucigalpa, Honduras.

El 20 de noviembre de 1989, la humanidad marcó un hito histórico cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Este es el tratado de derechos humanos más universalmente aceptado de la historia y ha sido ratificado por todos los países con excepción de Estados Unidos.

Es el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos humanos: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales, que le corresponde gozar a las niñas, niños y adolescentes del mundo.

La Convención sobre los Derechos del Niño constituye una herramienta fundamental a partir de la cual se generó gran movilización de distintos actores sociales, cuyo centro fue colocar al niño como sujeto de derecho. La Convención nos hizo partícipes de un lenguaje común e hizo visibles temas y problemas.

En estos veinte y seis años de existencia de la Convención se han logrado avances, registrado retrocesos y son muchos los problemas que afectan los derechos de la infancia que permanecen sin resolverse, y en estas últimas radican los desafíos.

Durante el día de hoy, UNICEF, ChildFund, Plan Internacional, World Vision y Save the Children realizaron el foro: AVANCES Y RETOS EN EL CUMPLIMIENTO DE LOS DERECHOS DE LA NIÑEZ, donde expusieron las recomendaciones finales que el Comité de los Derechos del Niño con base en Ginebra, realiza en base a los informes realizados por el Estado de Honduras sobre el ejercicio de los derechos de la niñez.

Veinte y seis años quizás no sean mucho en la larga historia de la humanidad, pero ese debate es estéril si lo comparamos con cada segundo que las niñas, niños y adolescentes están viviendo en condiciones inequidad y desigualdad. Para ellos, cada segundo es una eternidad.

Las grandes desigualdades impulsan un círculo vicioso intergeneracional de pobreza y desventaja. Pero no tiene que ser de esta manera. Sabemos cómo reducirlo, detenerlo y convertirlo en un circulo virtuoso de progreso intergeneracional.

A nosotros corresponde decidir si lo hacemos por medio de un mayor compromiso y de mayores recursos.

Debemos hacer esta elección moral, pragmática, estratégica… y justa.

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