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Vencer la violencia, el desempleo y la pobreza, son los retos de Honduras, el país que más esfuerzos tiene que hacer para enfrentar una eventual suspensión del Estatus de Protección Temporal (TPS).
Hasta la fecha han sido retornados un poco más de 19 mil hondureños de México y de Los Estados Unidos, un 37 por ciento menos que el flujo de nacionales expulsados del norte.
No obstante, la zozobra se ha apoderado de los hondureños que están incluidos en el programa migratorio especial, frente a la posibilidad de que la vigencia del mismo no sea renovada.
Honduras ha iniciado su ofensiva con motivo de la Cumbre entre los países del Triángulo Norte de Centroamérica y Los Estados Unidos que se desarrolla esta semana en La Florida.
En esa plataforma, el mandatario Juan Orlando Hernández, se ha comprometido a defender los derechos de los emigrantes que forman parte del esquema del TPS y que inyectan la economía nacional con más de 300 millones de dólares anuales.
El Gobierno de los Estados Unidos ya dio pauta de la suerte que pueden correr los inmigrantes calificados como «tepesianos». Y es que el nuevo régimen Trump no está dispuesto a que el TPS tenga aplicación indefinida.
Los dirigentes de la comunidad «catracha» en Los Ángeles, Dallas, Carolina del Norte, Chicago y Washington, se han movilizado hasta Miami, con el fin de plantearle al presidente la situación de los compatriotas.
Además, han puesto al tanto al gobernante de las gestiones que realizan conjuntamente con asociaciones migratorias de otros países para lograr que el TPS sea prorrogado por 18 meses más.
Su vigencia concluye en enero de 2018 y ha sido extendida en 13 oportunidades anteriores desde que el programa fue aprobado en amparo de aquellas personas que ingresaron en territorio norteamericano pos situaciones de calamidad en sus naciones de origen.
Honduras ha estrechado vínculos con El Salvador, en una ofensiva diplomática tendiente a exponer argumentos de peso que lleven a ampliar la aplicación del Estatus de Protección Temporal.
Sin embargo, el gobernante del vecino país, Salvador Sánchez Cerén no participará en la cumbre con el vice presidente estadounidense, Mike Pence, y altos funcionarios de la administración Trump.
El Triángulo Norte de Centroamérica tiene definida una posición y un objetivo en la reunión de alto nivel en La Florida: Reivindicar los derechos de quienes están refugiados en el TPS, más allá de los ejes de la Alianza para la Prosperidad, la iniciativa consensuada por el área y Los Estados Unidos para abordar el tema de la emigración.