Con nueva aplicación pretenden modernizar a cafetaleros del país

San Pedro Sula, Honduras

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Una herramienta innovadora busca empoderar a los cafetaleros centroamericanos con el acceso a la información sobre el estado de sus plantaciones, para así tomar decisiones en el manejo de sus cultivos.

Con el auge de la revolución tecnológica, la agricultura es otra de las actividades económicas que resulta beneficiada con aplicaciones móviles que facilitan el trabajo de campo.

Entre 2010 y 2014, las economías de la región centroamericana fueron sacudidas por la roya del café, una enfermedad fúngica que cubre las hojas y evita la fotosíntesis, limitando la capacidad de las plantas para procesar la luz solar, reduciendo el rendimiento del grano y finalmente matando la planta.

El cambio climático crea condiciones más cálidas y húmedas, causando que crezca el hongo. La roya del café sigue desafiando la investigación, mutando y apareciendo en variedades que anteriormente eran resistentes.

Como reacción surgió hace cuatro años la aplicación móvil Coffee Cloud, cuya base salió de un Hackathon celebrado en Costa Rica. Ahora, esta herramienta permite a los cafetaleros realizar pruebas de incidencia y severidad de la enfermedad a los cultivos sin necesidad de internet en el campo, según los métodos aprobados por los ministerios de Agricultura regionales.

Asimismo, reciben recomendaciones inmediatas sobre cómo combatir la proliferación del hongo de acuerdo con los niveles de incidencia y las condiciones climáticas actuales. La “app” rastrea los niveles de la enfermedad en el cultivo y muestra gráficos de comportamiento.

“Más allá de ser una aplicación o una solución tecnológica es una comunidad y un proyecto abierto de software que queda implementado”, explica Alejandro Solís, especialista del Centro de la Compañía para el Desarrollo Internacional (DAI por sus siglas en inglés).

Esta institución junto con el Programa Regional de Cambio Climático de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), el Centro Agronómico Tropical de Investigación (Catie) y otras organizaciones desarrollaron la herramienta para facilitar a los países de la región la adaptación y resiliencia al cambio climático.

Desde el comienzo del proceso de diseño decidieron enfocarse con instituciones regionales de promoción del café como Promecafé, instituciones nacionales como Anacafé en Guatemala, Icafé en Costa Rica y el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé), así también cooperativas como Capucas en Copán, asociaciones y productores en general.

“Queríamos asegurarnos de satisfacer las necesidades de cada institución individualmente y promover la apropiación del producto en el proceso. Observamos que Guatemala, Honduras y Costa Rica podrían obtener el mayor beneficio económico del proyecto, por ello priorizamos estos países”, explicó Solís.

Para diciembre está previsto el lanzamiento de la aplicación en la Cooperativa Cafetalera Capucas Ltda (Cocafcal), con más de 2,000 socios.

El proyecto tecnológico no es limitante a una organización nacional o regional que pueda implementarlo.
Durante las socializaciones del mismo notaron que, aunque el acceso de los agricultores a los teléfonos inteligentes siempre ha sido un gran problema, en los talleres desarrollados ocho de cada 10 finqueros tenían un teléfono inteligente.

La densidad de telefonía móvil en Honduras alcanza a nueve de cada diez personas, según las cifras de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).

Recuperación
En Centroamérica y República Dominicana, el café genera 2.1 millones de empleos directos y por la roya se perdieron en 2013 más de $500 millones y más de 370,000 empleos. El café representa para Honduras más del 5% del producto interno bruto (PIB) y cerca del 30% del PIB agrícola.

Las exportaciones del grano del año cosecha que recién ha finalizado dejaron más de 1,130 millones de dólares.
Para la cosecha 2018-2019 está prevista la exportación de 10.6 millones de sacos de 46 kilos para exportación, que le generarán al menos 1,500 millones de dólares (36,750 millones de lempiras).

Los bajos precios del grano en el mercado internacional repercuten en la industria, con el temor de provocar crisis sociales en las zonas rurales.

“Hace 16 meses o más, los precios internacionales -que los fija la Bolsa de Nueva York- vienen a la baja. Ya tenían tendencia a caer, aunque no tan estrepitosamente como sucedió en los últimos tres meses. En noviembre de 2016, el precio era de 1.60 de dólares la libra. El 18 de septiembre de 2018 estuvo en $0.95 la libra”, recordó Óscar Gutiérrez Reyes, director ejecutivo nacional de Dignidad Agropecuaria Colombiana.

En las últimas semanas ha habido un ligero repunte al precio del aromático, aunque siempre a niveles poco rentables para el sector.

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